La guerra contra Israel e Irán ya está generando impactos económicos tangibles a nivel global y México no es ajeno a sus consecuencias, señaló la presidenta de la CANACINTRA, Erika Muñoz Vidrio.
En este sentido dijo que como representante del sector empresarial organizado afirmó que el escenario es complejo, para lo cual se exigen respuestas estratégicas por parte del Estrado, la iniciativa privada y los organismos empresariales, ya que se requiere energía más accesible, producción nacional fortalecida y políticas públicas para afrontar situaciones internacionales sin cargarle todo el peso a la ciudadanía.
Dijo que como primer punto el aumento de precios internacionales del petróleo provocado por la tensión en el estrecho de Ormuz, que es una ruta critica para el suministro global del crudo , que ha comenzado a presionar los mercados energéticos, lo que generará precios a adicionales para PEMEX en el exportación, la realidad es que México importa más del 70% de las gasolinas que consume.
Por lo anterior la empresaria indicó que se provocará el encarecimiento de los combustibles que afectará a los consumidores, además de que el aumento de los costos en los energéticos tiene un efecto cascada sobre la industria manufacturera como los sectores automotriz, agro industrial, alimentario y metal mecánico, que operan con márgenes cada vez más ajustados y se verán más presionados.
En estados industriales como Aguascalientes, donde la economía depende de cadenas de suministro, Erika Muñoz explicó que cualquier disrupción en el comercio internacional se traduce en retrasos, en penalizaciones contractuales y pérdida de competitividad.
“La postura actual del gobierno de Estados Unidos podría volver a colocar a México en una posición vulnerable si no existe una claridad jurídica en la aplicación del T-MEC, ni mecanismos de defensa, frente a decisiones unilaterales”, consideró la dirigente de La CANACINTRA.
Por otro lado, dijo que si las industrias mexicanas enfrentan mayores costos operativos o retrasos en sus cadenas de suministro, muchas podrían verse obligadas a frenar contrataciones, reducir turnos o incluso ajustar operaciones, lo que impacta directamente en el empleo, los salarios y la estabilidad económica de las regiones industriales del país.


