Algo está pasando, y no está nada bien…
La Federación, vía la Secretaría de Salud, regresó Aguascalientes a semáforo naranja, lo que coloca otra vez al Estado en una posición vulnerable en cuanto al número de muertos y contagios por el Covid-19.
Esto quiere decir, en cristiano, que nuevamente los hospitales se están llenando de pacientes infectados de quince días para acá, lo que parece indicar que se están viendo los excesos de las celebraciones navideñas y los tumultos para comprar regalos; toda esa gente que no se cuidó, a pesar de los múltiples exhortos a guardar sana distancia y a usar cubrebocas, son las que ahora van llenando nuevamente las camas en los nosocomios reconvertidos para la atención de pacientes Covid.
Pero esa es solamente una arista del grave problema, porque la Secretaría de Salud federal, al colocar a la Entidad en riesgo de regresar al semáforo rojo, se contrapone con lo que las autoridades estatales indican, pues ayer, en el semáforo epidemiológico local, ubicaron al Estado en color amarillo, pues según sus propias mediciones, cinco de los municipios bajaron su nivel de riesgo: Asientos, Calvillo, Cosío, El Llano y San José de Gracia ya no estarían en alerta, lo que seguramente hará que se baje la guardia en todos los sentidos.
El conflicto entre ambas posturas, entre la Federación y el Estado, que vale la pena decir chocan en todo, es que al no ponerse de acuerdo entre ellos, la población menos, pues habrá gente que redoblará los esfuerzos y se cuidará todavía más, pero también se corre con el riesgo de que muchos más, insistimos, bajen la guardia y regresen cada vez más a la “normalidad”, a esa forma de vida que teníamos antes del coronavirus y que evidentemente no podrá ser, al menos en el corto plazo.
Aquí lo verdaderamente preocupante es por qué las autoridades del Estado dan la falsa sensación de que la pandemia está bajo control, cuando evidentemente no es así. Y para muestra, un botón: líneas saturadas para solicitar un examen de detección del coronavirus, largas filas en el Laboratorio Estatal de gente que busca conocer un diagnóstico, y esto no puede seguir así.
La población, al creer que el problema de salud está en vías de solución bajará la guardia. ¿Cómo es posible que incluso por parte del Estado ya se menciona la posibilidad de llevar a cabo este año la Feria de San Marcos, cuando sería un acto suicida, y se menciona como una vía rápida la aplicación de la vacuna cuando ni siquiera todos los que están en la primera línea de batalla han recibido su respectiva dosis?…
El regreso a la vida como la conocíamos hace casi un año no depende de una vacuna y de un semáforo que evidentemente está manipulado artificialmente para retornar a las actividades normales; el regreso a la nueva normalidad depende de cada uno, de nuestro sentido común y de las ganas de cuidar de nosotros y de los demás.