De estar postrado en una cama a representar a México en concursos internacionales de estatuismo, José Miguel Moctezuma González es el vivo ejemplo de que la resiliencia puede transformar el dolor en arte. Originario de la Ciudad de México, este artista encontró en la inmovilidad corporal no una condena, sino una nueva forma de vida, cargada de color, disciplina y pasión.

La historia de José Miguel cambió radicalmente hace más de una década, cuando un accidente vial en Chiapas lo dejó inconsciente y, posteriormente, sin movilidad durante varios meses. El golpe físico fue duro, pero aún más el emocional: la imposibilidad de continuar trabajando como lo hacía antes lo enfrentó a una encrucijada vital.
Lejos de rendirse, Moctezuma encontró en el arte del estatuismo viviente una disciplina con raíces en Portugal una forma de expresión y superación personal. Lo que para otros es un simple entretenimiento callejero, para él se convirtió en una carrera, un proyecto de vida, y un acto diario de resistencia y creatividad.

Desde 2012 se ha dedicado a perfeccionar este oficio, y a partir de 2014 se convirtió en un rostro esperado en la Feria Nacional de San Marcos, donde ha dado vida a personajes entrañables como José Guadalupe Posada, El Pingüino de Batman, y figuras regionales como Don Ferro Ferrocarrilero, de Aguascalientes, y una colorida estatua de Talavera representativa de Puebla. Hoy, su repertorio suma quince personajes que mezcla con elementos caricaturescos, trajes detalladamente confeccionados y maquillaje profesional que él mismo diseña y comercializa.

Lo que distingue a José Miguel no es solo su talento, sino el nivel de entrega con el que asume cada transformación. Su rutina para encarnar a un personaje como Posada implica más de tres horas diarias entre maquillaje y desmontaje. Su esposa YABE, diseñadora de modas, es parte esencial del proceso creativo: juntos construyen cada vestuario con un nivel de detalle que puede llevar hasta dos meses por personaje y crear esa ilusión como si hubiese salido de uno de los grabados de Posada.
Su trabajo no ha pasado desapercibido. Moctezuma es el único artista latinoamericano que ha representado a México en el Mundial de Estatuas Vivientes en los Países Bajos, y cada dos años regresa a Europa para competir con su arte. En su última participación, su personaje Don Ferro Ferrocarrilero fue tan aclamado que su vestuario quedó exhibido en un museo de Portugal.

A pesar de su éxito, José Miguel mantiene los pies en la tierra. Sabe que su trayectoria no nació de la ambición, sino de la necesidad y la voluntad de seguir adelante. Hoy, continúa creando nuevos personajes que, aunque aún son sorpresa, prometen seguir emocionando al público.
Su historia no es solo la de un artista, sino la de un hombre que convirtió el dolor en fuerza, la inmovilidad en presencia escénica, y la tragedia en una forma de arte.
José Miguel Moctezuma permanecerá en su estación de Posada en el Corredor Cultural Carranza, hasta este 11 de mayo que concluye la feria de San Marcos, a partir de las 4 de la tarde lito para ofrecer un bonito recuerdo para todos los paseantes.