Justo cuando en Aguascalientes se estaban padeciendo temperaturas casi africanas, la Madre Naturaleza nos sorprendió con un tormentón de miedo.
Así es, de manera inesperada cayó una tromba con granizo enorme, vientos huracanados, rayos y centellas, que afectó los municipios del norte del Estado, como Jesús María, Cosío, San Francisco de los Romo y Pabellón de Arteaga y por supuesto la capital, donde hubo desbordamiento de ríos y arroyos, caídas de árboles, estructuras, además que se vieron afectados los servicios de telefonía, agua, luz y lo casi nunca visto en estas fechas: decenas de vehículos varados en calles y carreteras, donde sus ocupantes tuvieron que ser rescatados por los servicios de emergencia.
En la ciudad capital también hubo caída de árboles, pues por ejemplo ocurrió afuera de urgencias de la Clínica 8 del IMSS, en la Alameda, justo donde hace pocos años también en una tromba murieron madre e hija, al quedarse encerradas en su vehículo durante impresionante tormenta; también en un club deportivo del norte se desplomó otro árbol sobre un vehículo que afortunadamente estaba desocupado y el incidente no pasó a mayores porque no había gente alrededor.
Esta tromba atípica, en pleno mes de abril, sorprendió a todo mundo, pues como lo mencionamos líneas arriba, todavía ayer por la mañana se sentía un calor sofocante pero en cuestión de horas todo se descompuso con las afectaciones climatológicas.
Este fenómeno meteorológico que a todos agarró desprevenidos, sólo nos demuestra lo poco preparados que estamos para todo, pues ya el ciclo anterior de lluvias una que otra tormenta puso en jaque, como siempre, a las autoridades y a la ciudadanía, porque ya se sabe que aquí en la capital hay ciertos puntos que significan un riesgo constante cuando hay precipitaciones pluviales, por mencionar algunos son la avenida López Mateos, la avenida Gabriela Mistral, la 45 Norte, la Alameda, que siempre se inundan.
Cualquier lluvia siempre ha pegado en Aguascalientes y causa estragos, porque suponemos que en gran parte de la Entidad la red hidráulica ya es antigua y cualquier excedente de agua colapsa el drenaje, por eso los ríos en las calles, pero aunado a esto está la mano del hombre. Sí, la ciudadanía que poco o nada coopera, pues todavía es día que sigue tirando desechos a las calles, demostrando su poca cultura cívica y su nula educación.
Incluso circulan en redes fotografías del perímetro de la verbena por las mañanas, cuando las cuadrillas de limpieza hacen milagros del atascadero que dejan los feriantes, pues es un real muladar lo que se encuentran los trabajadores. Y eso se repite en calles y avenidas y he ahí una de las consecuencias, las graves inundaciones cada lluvia.
Moraleja: nada es eterno, todo cambia, nada está escrito, ni el clima, por lo que siempre debemos estar preparados para todo y no pase lo de ayer, que en pleno abril vivimos casi un día de enero.